Pedro Cacivio, Fabián Spinassi y Mariela Itatí Huk partieron este sábado de Resistencia hacia Mendoza con el objetivo de hacer cumbre en el Aconcagua.
El desafío, además de la escalada, es soportar la altura. El Aconcagua tiene casi 7 mil metros de altura y no se puede emprender un ascenso como ese sin una aclimatación adecuada. “En el chaco vivimos a cero metros sobre el nivel del mar, así que obligadamente necesitamos cumplir etapas”, explica Cacivio.
Eso significa permitir que el cuerpo se adapte gradualmente a la altura para superar la falta de oxígeno que se hace prácticamente insostenible a partir de los 5 mil metros. Por eso planean ir realizando paradas y escalar picos gradualmente más altos. Cuando se sientan preparados emprenderán la subida a la cima del Aconcagua.
Los 2700 metros son el punto de partida, en Puente del Inca. De ahí los tres chaqueños ascenderían a Horcones y de ahí a Confluencia a 3400 metros. Las dificultades comenzarán a partir de allí, cuando emprendan camino hacia Plaza de Mulas, a 4300 metros “Este tramo va a ser duro por el tiempo que demora esta escalada: para quienes están entrenados, es un tramo de doce horas, calculo que a nosotros nos llevará 16 horas”, explica Cacivio.
En Plaza de Mulas comenzará el verdadero desafío. “Tendríamos que subir todo nuestro equipo hasta ahí, aclimatar tres o cuatro días”. El traslado del equipo no es un dato menor. Los andinistas europeos suelen contratar porters para que realicen el traslado de los campamentos. Los tres chaqueños tendrán que valérselas por sí mismos para cargar con todo el equipo. Eso significará que en las etapas superiores deban hacer dos viajes para subir las cosas en dos etapas.
Plaza Canadá a 4900 es la antesala del verdadero desafío de la altura. A partir de los 5 mil metros por la escasez de oxígeno pone las reglas del juego: no se puede permanecer a esa altura más de 5 días. Siete como tope máximo. Una vez más la subida deberá hacerse dos veces para transportar el equipo hasta Nido de Cóndores, a 5500 metros. En este caso, llevarán las cosas y descenderán para pasar la noche en Plaza Canadá. Todo forma parte del plan de aclimatación.
De Nido de Cóndores partirían hasta Plaza Cólera, a casi 6 mil metros. Aunque esta parada puede ser optativa, otra alternativa es buscar la cumbre a 6962 metros directamente desde los 5400 metros.
Por supuesto todo depende de las condiciones climáticas. El Parque Aconcagua sólo permite ascensos en el verano, cuando el tiempo es más benigno, aún así en esta época del año puede desatarse el viento blanco, con temperaturas de -40 grados que obligarían a detener la marcha.
UNA TRAVESIA PELIGROSA
El cerro Aconcagua es el más alto de toda América. Casi todos los años se cobra víctimas fatales, incluso andinistas experimentados. El año pasado murieron dos norteamericanos y una alemana. En 2013 murió una sola persona, pero en 2012 fueron seis.
“El año pasado participé del rescate de los cuerpos de los norteamericanos. Eran expertos”, recuerda Cacivio. “Muchas veces se piensa que este ascenso no es gran cosa porque hay gente que batió el récord mundial en el Aconcagua y suben en pocas horas. Pero a estas personas les pagan millones grandes empresas, viven entrenando todo el año a 8 mil metros de altura en el Everest, entonces desarrollan una fisiología, que les permite una adaptación rápida a grandes alturas por encima de 5 mil metros. Esas personas incluso cuando son transportadas para hacer esa hazaña, vienen en cajas hiperbáricas para no disminuir la tasa de glóbulos rojos para oxigenar la sangre”, detalla.
Por eso no hay que subestimar la altura. “Nosotros no usamos guías, ni equipos de acarreo, que es muy común en Aconcagua”, cuenta Cacivio. “Los europeos generalmente pagan a porters argentinos para que transporten su material. Se llegan a pagar mil dólares por 400 metros de desnivel. Lleva un tiempo muy grande y un desgaste físico tremendo”.
Fuente: Diario Chaco
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